El azúcar está probablemente entre los primeros ingredientes prohibidos de cada dieta, especialmente si se habla del refinado. Ya varios estudios han destacado los efectos negativos de tomar demasiado azúcar para nuestra salud, tanto que la Organización Mundial de la Salud aconseja limitar su ingesta diaria porque puede causar varios problemas de salud.
¡Muy bien! Empezaremos eliminando la bollería industrial, los caramelos, los helados, chocolates y bebidas azucaradas de todo tipo… Pero, ¿cómo se sobrevive luego?
Introducir unos ingredientes sustitutivos y tener mucha disciplina son las claves para superar el primer periodo, el más difícil. Después, se volverá un hábito y poco a poco lograrás resistirte a un pastel de nata sin sufrir.
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En la fase de transición puedes aprovechar las virtudes y el dulzor de algunas especias y alimentos que te permitirán suplir los antojos.
La canela
Es una especia originaria de Oriente que se obtiene desde la corteza del árbol homónimo. Su olor es muy agradable y resulta muy placentero mezclado con otras infusiones, ya que le da un toque más dulzón. Además de ofrecer excelentes propiedades digestivas, es perfecta para prevenir y calmar los resfriados en el invierno.
La encuentras a la venta tanto en ramas como en polvo para poder dar un toque más dulce a tus desayunos o postres sin añadir azúcar.
La stevia
Es una hierba de la que se ha hablado mucho por sus propiedades beneficiosas para la salud y por ser el sustituto del azúcar por excelencia. Para muchos es excesivamente dulce, otros ya la utilizan a diario. Es evidente que, aunque se trate de algo natural, es siempre mejor hacer un uso moderado. Por cierto, si la compras procesada asegúrate que no contenga azúcares añadidos.
También existen otros tipos de edulcorantes naturales, como la melaza y el azúcar integral de caña, la miel, el sirope de agave o de arce y melaza de cereales, que pueden ser un sustituto más nutritivo que el azúcar blanco común. Aunque sean más saludables porque aportan propiedades nutricionales, la moderación es la regla también en estos casos.
Fruta deshidratada
Higos, albaricoques, dátiles, ciruelas o uva pasas son perfectos para preparar bases para postres o batidos. Empezar el día con un buen desayuno que contenga un poco de fruta deshidratada te aportará la energía suficiente y reducirá posibles antojos de dulces procesados. Eso sí, no abuses con la fruta deshidratada, porque aunque sea un edulcorante rico en vitaminas y otros nutrientes y por eso preferible al azúcar refinado, ¡no deja de ser muy calórica!
Fruta de temporada
La fruta, sobretodo si es de temporada, no debería faltar nunca en tu dieta. Comer fruta aporta hidratación, vitaminas y energía, gracias a los azúcares simples. Comer porciones de fruta como snack te ayudará a reponer las energías cuando tu cuerpo lo pida y mejorará tu salud.
Además de introducir estos ingredientes en tu dieta y ajustar tu rutina, un método infalible para reducir el consumo de azúcar refinado consiste en eliminarlo de tu casa. No se trata de ser radicales, pero dejar de comprar alimentos que contengan azúcar refinado es la mejor estrategia. Ya está dicho: ¡ojos que no ven, corazón que no siente!