Ah, los pies. Aquella parte del cuerpo que vive encerrada dentro de unos zapatos durante prácticamente todo el año, lo cuál hace que dejemos un poco de lado su cuidado. Pero cuando se acerca la buena estación, claro, queremos lucir pies bonitos.
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Lo ideal sería reservar unos mimos para nuestros pies todo el año, así como hacemos con la cara o las manos. En todo caso, nunca es demasiado tarde para empezar a mimar esta parte tan importante de nuestro cuerpo, una de las más sensibles debido a las innumerables terminaciones nerviosas que reúne.
Para que recuperes el tiempo perdido, ahora que se acerca el verano, tienes dos opciones:
- Dejar que una esteticista haga su trabajo con tratamientos específicos
- Cuidar tú misma de tus pies
La primera opción es sin duda placentera y dará resultados a la altura de tus expectativas, pero no es gratis. En el segundo caso tendrás que dedicar un poco de tiempo hasta encontrar el modo de hacer tú misma en casa lo que haría una profesional. Quizás requiera más tiempo, pero es seguramente más económico.
Si te has decantado por la segunda opción, aquí te dejamos una pequeña guía paso a paso que te ayudará a cuidar tus pies para que sean sanos y bonitos todo el año.
1. Tómate un tiempo para observar
Observa tus pies para entender si necesitan cuidados específicos. Si hay zonas con durezas o callos es oportuno que hagas uso de las herramientas más adecuadas: lima o piedra pómez. En las tiendas y farmacias seguro encontrarás la que mejor se adapte a tus exigencias. Este momento de observación también te ayudará a identificar el estado de salud general del pie, si hay ampollas u otros imperfecciones, es probable que los zapatos que llevas más a menudo no sean lo mejor para tus pies.
2. Manos a la obra
Con el segundo paso darás un poco de relax a los pies y a ti misma. Llena de agua tibia una tinaja (la que utilices para la colada, por ejemplo) y añade algunas gotas de jabón neutro. Aprovecha para masajear cada parte, desde los talones hasta la punta de los dedos.
Aquellos días en que dispongas de un poco más de tiempo y quieras aprovecharlo para relajarte, puedes añadir en el agua sales de baño o 2-3 gotas de aceites esenciales, tipo lavanda o mandarina. Recuerda que los aceites hay que mezclarlos antes con el jabón neutro líquido o un poco de leche, que actuará de emulsionante para diluir el aceite en el agua.
3. Tratamientos específicos
Si has notado alguna dureza en los pies, después de lavarlos utiliza la piedra pómez o la lima, con cuidado sin agredir la piel. La idea es sacar la piel muerta sin procurar daños, ya que después del baño la cutis será más blanda pero también más sensible.
4. La hidratación nunca puede faltar
Así la cara, las manos y el resto del cuerpo, también los pies necesitan hidratación para mantenerse jóvenes y bonitos. No es necesario comprar cremas específicas, a no ser que tengas algún problema en concreto o una sequedad importante en los talones. Una crema hidratante para el cuerpo o un poco de aceite de almendras dulces, también sirven. En este paso, es fundamental masajear varios minutos para la piel absorba perfectamente la crema y no te quedes con esa sensación grasienta un poco molesta.
5. El toque final
Si vas a ponerte unas sandalias, puedes acabar la sesión de cuidados de belleza para tus pies con un esmalte claro o transparente. Así tendrás un acabado impecable que acentuará aún más los resultados de tu trabajo.
Si realizas estos simples pasos cada semana, tus pies te lo agradecerán y tu ganarás en bienestar. Estos cuidados, de hecho, ayudan a activar la circulación y al mismo tiempo relajan. Puede ser la excusa perfecta para regalarte esa media hora de relax y desconexión que necesitas de vez en cuando.