Casi sin darme cuenta nos hemos plantado en mayo. Me veo ayer, como quien dice, organizando la agenda de las extraescolares de los niños y casi tengo que ponerme a organizar la del verano. Llevo varias semanas buscando por internet opciones de campamentos, porque por mucho teletrabajo que tenga en algún sitio tendré que dejar a Hugo y Ana. Calor, niños y trabajo en casa no son opción.
Organizar las vacaciones de los niños
He perdido ya la cuenta de a todas las madres y padres que he preguntado por campamentos. Tengo un listado tan largo que no sé si seré capaz de valorarlos todos… miento, sé que lo seré, en realidad, aunque no creo que me dé tiempo a visitarlos todos. Con una agenda a reventar, como la mía, la hora de comer se vuelve fundamental para sacar las cosas “de la familia”. Así he conseguido dividir la lista en tres apartados: campamentos de deporte, de idiomas y colonias urbanas . Mucho más fácil de sopesar. Menos mal que no me olvido nunca de los sustitutivos de comida, porque al menos un día en semana me salvan la vida.
Ojalá fuera tan fácil organizarme con Hugo padre. Mira que compartimos la lista en Drive y apunto qué campamento voy a ir a visitar yo y qué día… pues ya nos hemos encontrado dos veces. La verdad es que fue una excusa perfecta para disfrutar de un ratito “de novios”, pero así no acabamos, no acabamos. Y si hay algo que tengo bien claro es que yo no pienso hacerle de secretaria y ponerle las cosas en su calendario… que se ponga él las pilas.
El horizonte de las vacaciones de verano
Cuando acabemos con la “operación campamento” empezaremos con la “operación vacaciones”. Los niños están muy pesado con ir al famoso complejo de Oropesa de Mar, pero a nosotros no nos llama nada. Los spots de la tele hacen muy bien su trabajo…
La que me tiene muerta de curiosidad (y de envidia) es Mónica, que después de la última clase de salsa nos dejó unas pinceladas de su próximo destino vacacional. Que si playas de arena blanca, que si nosecuántos restaurantes… me hizo recordar cuando Hugo y yo no éramos padres. ¡Menudos viajes nos pegamos! Hemos visto amanecer en cuatro de los cinco continentes. Luego vinieron los niños y nos acomodamos. Tengo algunas amigas que han viajado con sus bebés desde bien pequeños, pero a mí, con dos, se me hacía un mundo. Mi marido me animaba, pero yo no tenía el cuerpo para nada. Casi como ahora. Y es que se me ha echado el invierno encima y tengo la operación bikini casi en el cogote. Voy a ver si me marco un plan de acción y me ayudo con los sutitutivos a cuidar de mi peso. Si, total, ya vienen conmigo todos los días.