Este año he decidido acometer un acto de rebeldía. Me voy a quitar el pareo. Sí, sí, como lo lees. Y es que ya estoy cansada de mis complejos. Sobre todo, porque los pongo en valor pensando en cómo me verán los otros. Y entonces la celulitis es más profunda, los centímetros se vuelven metros y las estrías están aradas en mi piel. Casi nada. Todo es más grande cuando lo miras desde el miedo. Así que he decidido acometer un acto simbólico y lanzar el pareo a tomar viento fresco. De hecho, espero que sea un día ventoso cuando lo haga, porque me lo he tomado tan en serio que pienso grabarlo y espero que el pareo se vaya tan lejos… que no me entren tentaciones de recuperarlo. Pienso enviarle el vídeo a las chicas para que se lo crean. Que tras tanto amago, año tras año, lo mismo no me creen.
Mirarse con amor, el objetivo
Voy a enviar el vídeo con el pareo volando y otro contándoles a las chicas por qué razón lo ven volar. ¡Estoy muy cansada de mirarme a través de los ojos de otros! Que, puestos a elegir, ya podía quedarme con la mirada de Javi o la de mis amigas en vez de con la de quienes me miran con desprecio. Me voy mirar con amor. Mi cuerpo es el que me ha traído hasta aquí y, solo por eso, tengo que quererlo. Bienvenida, Mónica, un gusto tenerte por aquí.
Tengo claro lo que quiero cambiar y voy a hacerlo. Y pienso disfrutar del camino. Sé que no va a ser fácil, pero también tengo claro que el esfuerzo va a merecer la pena. Y mientras que consigo mis objetivos, aceptación y tranquilidad. Ya lo dice el refrán: no se ganó Zamora en una hora. A partir de ahora, cambio de alimentación, ejercicio (el zumba y el gimnasio están haciendo maravillas en mi cuerpo) y constancia. Sé que el trabajo dará sus beneficios, solo tengo que ser paciente.
El verano, el enemigo, ¿o no?
A partir de hoy también va a cambiar mi percepción del verano. Lo de enseñar piel siempre ha sido un problemita, pero este año me niego. El pareo va a salir volando y se va a llevar todas mis inseguridades con él. Este verano lo voy a disfrutar. Ha sido un año con muchísimo curro y Javi y yo nos lo merecemos. Cuando termine el cierre de julio, voy a apagar el móvil y a disfrutar del hotelazo. Como que me llamo Mónica.
Si quieres conocer la historia de Mónica: